El Riesgo de Confiar Demasiado

En medio del auge del software como servicio (SaaS) y de la creciente capacidad de los proveedores para ofrecer servicios tecnológicos de alta calidad, las API y la integración con terceros han creado ecosistemas interconectados. Sin embargo, esta interconexión también ha generado una dependencia peligrosa: si un proveedor sufre una vulneración, toda la red puede verse comprometida.

Muchas organizaciones no tienen mapeada su cadena completa de proveedores digitales, ni los sistemas que estos suministran, ni los riesgos asociados. Esta falta de visibilidad limita la capacidad de anticipar posibles vectores de ataque.

Casos recientes como los de SolarWinds, MOVEit y 3CX han demostrado cómo los atacantes pueden infiltrarse a través de actualizaciones o dependencias legítimas.

Actualmente, los atacantes ya no se enfocan exclusivamente en vulnerar grandes corporaciones, sino que apuntan a proveedores más pequeños con accesos privilegiados.

Esto puede representar riesgos como:

  • Inyección de código malicioso o puertas traseras (backdoors) en software o hardware adquirido.
  • Manipulación de actualizaciones o parches de proveedores.
  • Vulnerabilidades en plataformas de terceros ampliamente utilizadas (software de transferencia de archivos, librerías de código abierto, etc.).

Buenas prácticas para mitigar estos riesgos:

  • Definir políticas claras para la selección, evaluación, monitoreo y finalización de relaciones con proveedores.
  • Incluir criterios de seguridad en los procesos de adquisición: cláusulas contractuales, auditorías, derechos de acceso, entre otros.
  • Mapear a los proveedores, tanto directos como de niveles inferiores, y los servicios, software o hardware críticos que suministran.
  • Aplicar cuestionarios de seguridad, auditorías técnicas y pruebas de penetración a los proveedores.
  • Monitorear continuamente el estado de seguridad de los proveedores (por ejemplo: vulnerabilidades abiertas, cambios en su infraestructura, incidentes públicos).
  • Asegurar que el software y hardware de los proveedores sea seguro por diseño: control de cambios, pruebas, revisiones de código y gestión de parches.
  • Segmentar la red para que la falla de un proveedor no comprometa toda la organización.
  • Mantener respaldos de datos y planes de contingencia ante la interrupción de un proveedor.
  • Promover la conciencia de que la seguridad de la cadena depende de todos los actores involucrados.

En la ciberseguridad moderna, no podemos limitarnos a defendernos de forma aislada. La confianza es el nuevo perímetro, y cada proveedor actúa como un colaborador interno: un eslabón que puede fortalecer o debilitar toda la cadena.