
En CIBERC nos encontramos permanentemente desarrollando proceso de mejora continua a lo largo de todos los procesos y bajo los esquemas de las distintas normas ISO bajo las cuales nos encontramos certificados. Una de ellas es la ISO 9001 de gestión de la calidad, la cual cumple un rol esencial dentro del funcionamiento de nuestro SGI (Sistema de Gestión Integral), pues al haber sido la primera norma en la que nos certificamos, nos permitió generar la estructura sobre la cual establecemos nuestros demás esquemas ISO. Por esta razón, vale la pena recordar algunos conceptos asociados a la gestión de la calidad y su importancia en todos los procesos de la organización y en la ejecución de nuestras actividades en el día a día.
¿Qué es la gestión de la calidad?
La gestión de la calidad es el ejercicio de supervisar las actividades, tareas y procesos (entradas) utilizados en la creación de un producto o servicio (salidas) para que puedan mantenerse a un nivel alto y consistente.
En total, los expertos consideran cuatro componentes principales de la gestión de la calidad:
- Planeación de calidad.
- Garantía de calidad.
- Control de calidad.
- Mejora de calidad.
La implementación de estos cuatro componentes en una organización se conoce como Gestión de calidad total. La gestión de la calidad se enfoca no solo en la calidad de los resultados (productos y servicios), sino también en los insumos: las tareas y los procesos mediante los cuales se crearon los resultados.
La calidad en sí misma no es un programa o una disciplina. No termina cuando se alcanza una meta específica. La calidad necesita vivir en una organización con una Cultura de Calidad bien establecida, en la que cada persona experimente y comprenda la necesidad de dedicarse a sus valores.
La calidad es una carrera continua por la mejora sin línea de meta. En un nivel más general, la calidad significa hacer lo correcto para sus clientes, sus empleados, sus partes interesadas, su negocio y el entorno en el que todos operamos.
Es decir, cuando hablamos de gestión de la calidad no nos restringimos a los productos de una empresa, sino a todo el ambiente de trabajo. Al implementar la gestión de calidad, la empresa no solo asegura sus procesos de inspección de productos. Es algo que va mucho más allá de comprobar procesos. Realmente se trata de crear una cultura de calidad global en la escena corporativa, algo que impacte a la empresa de principio a fin.
Así, idealmente, la gestión de la calidad influye en todo el proceso de producción y prestación del servicio. La calidad de un producto o servicio no solo va en aumento, sino que cada vez es mejor el proceso por el cual se crea ese producto o servicio, logrando productos y servicios más consistentes y de mayor calidad y esto solo está siendo posible con el uso de la tecnología de soporte.
La gestión de la calidad trabaja con el uso de tecnologías, estrategias asertivas y una intensa participación de los empleados de la empresa. Y todo eso depende del apoyo de los gerentes, quienes deben entender la importancia del tema, al fin y al cabo, son ellos quienes cobrarán y velarán por que este proceso se esté dando entre los colaboradores.
Así, una vez aplicada, la gestión de la calidad buscará examinar todos los procesos relacionados y correlacionados con la producción y la prestación del servicio. La intención, por tanto, es utilizar herramientas y marcos de trabajo que estandaricen algunas ejecuciones. De esta forma, es posible que la empresa cree una regla de calidad para cada micro y macro proceso de la operación.
Además, la gestión de la calidad funciona con la ayuda de un sistema tecnológico que permite el control de las operaciones. Después de todo, dentro de la premisa del concepto, existe la necesidad de visualizar las ejecuciones de manera transparente. Así, además de un poder de decisión verdaderamente asertivo, los responsables de aplicar las directrices de calidad pueden realizar un seguimiento de su desempeño en tiempo real. Esto les permite lograr equilibrar la operacionalización de la gestión de la calidad con el estándar esperado, para que todo permanezca siempre al mismo nivel.
La existencia de una gestión de calidad ya es una prerrogativa para que exista un estándar de calidad para su negocio. Esto es importante porque es, básicamente, la definición de criterios claros que indican cómo debe producir la empresa para que se alcancen los resultados.
En otras palabras, es como desarrollar un proceso para literalmente todos los aspectos de su negocio, desde la contratación hasta la finalización del trabajo, la gestión del servicio al cliente y la gestión del riesgo.
Algunos beneficios incluyen:
- La gestión y reducción de riesgos.
- Eficiencia incrementada.
- Reducción del error humano.
- Creación de resultados consistentes.
- Mejora de las habilidades del equipo.
- Reducción del tiempo de formación del nuevo personal.
Al final del día, una empresa en crecimiento que tiene procesos claros seguramente tendrá un viaje de desarrollo mucho más fluido que una organización sin una gestión de calidad definida.
Deja una respuesta